El robo de productos de Apple aumenta la criminalidad de Nueva York


Un iPhone es un objeto cotidiano, cuyo propietario siempre lleva encima, y su preciado valor no se devalúa tanto como el de otros productos con el tiempo. Todos los ingredientes para atraer a un ladrón. En la ciudad de Nueva York las estadísticas de criminalidad han aumentado por el robo de dispositivos de Apple, según ha afirmado el comisario general de policía Raymond Kelly.

Cualquier producto de Apple puede representar un buen botín, debido a su precio y a que no se devalúan tan rápidamente como otros similares. Tanto es así que en Nueva York los robos de dispositivos con la marca de la manzana crecen año a año, como también lo hace el número de consumidores que los compran.

Las autoridades han argumentado que hace diez años en la ciudad sólo se robaron 86 productos de Apple. En 2011 fueron 13.233 los sustraídos. Aunque las cifras del último año parecen abultadas carece de sentido compararlas con las de una década atrás, cuando la inmensa mayoría de la producción de Cupertino eran ordenadores y muchos de ellos de sobremesa. Ni el iPhone ni el iPad estaban en las calles y el iPod acababa de salir a la venta, con lo que aún estaba lejos de popularizarse.

Sin embargo, la policía ha ofrecido datos para hacer saltar las alarmas. Está previsto que aumenten las estadísticas de robos este año, dado que en nueve meses se han sustraído 11.447 productos de Apple, lo que representa un aumento del 40% respecto al mismo periodo del pasado año.

El índice de criminalidad en Nueva York se ha incrementado en un 4% respecto a 2011, según recoge The Telegraph. El comisario general de policía Raymond Kelly indica que este incremento es debido únicamente al robo de productos de Apple. “Si no existieran los robos de [productos de] Apple estaríamos experimentando un retroceso”, ha recalcado.
Bandas neoyorquinas en busca de gadgets

Kelly ha puesto de relieve un cambio en la forma de actuar de las bandas callejeras de Nueva York. La tecnología se revela como una pieza clave para los intereses de los nuevos grupos.

El número de detectives destinados a perseguir a estas bandas aumentará su número de 150 a 300, según ha señalado Kelly. Además, se les concederán premisos especiales para intentar infiltrarse en estos grupos mediante las redes sociales. Estos espacios en ocasiones son utilizados para planear o difundir los delitos.

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